La noche del 12 de mayo nos regaló una de esas imágenes que, aunque imperfectas, guardan un encanto especial. Desde Vélez-Málaga capturé la llamada Luna de las Flores, la luna llena que marca el final de la primavera en el hemisferio norte. Aunque las condiciones no fueron las ideales por la presencia de nubes altas, decidí igualmente compartir esta fotografía por el toque atmosférico y tenebroso que aportaron esas mismas nubes.
La imagen fue tomada con la Sony A7 IV y el teleobjetivo Sony FE 200-600mm, montados sobre un trípode K&F Concept TC2534, asegurando la máxima estabilidad y detalle posible, pese a la nubosidad. La planificación fue precisa gracias a herramientas como PhotoPills, pero la meteorología, como siempre, jugó su papel inesperado.
Aun así, esa textura brumosa que dejó la atmósfera le da un carácter único a esta microluna, que se llama así cuando la luna llena ocurre cerca de su apogeo, el punto más alejado de la Tierra en su órbita. Y es que la belleza no siempre está en la perfección técnica, sino en la historia y la emoción que transmite cada imagen.
Os animo a dejar un comentario, compartir si os gusta y seguir disfrutando de los espectáculos que nos regala el cielo.
